14/03/2025
El trámite fundamental al que se enfrentaba el proyecto de macrocelulosa de Altri para Palas de Rei (A Ulloa, Lugo) era la declaración de impacto ambiental. La Xunta acaba de publicarla con la conclusión de que el plan es “ambientalmente viable”. Establece simplemente una serie de condicionantes y varias acciones de seguimiento.
La decisión llega tras meses de movilización de vecinos y ecologistas tanto en la comarca como en todo el territorio gallego contra el proyecto que supondrá levantar una planta con una chimenea de 75 metros de altura, que consumirá cada año 1,2 millones de toneladas de eucalipto y necesitará cada día 46.000 metros cúbicos de agua, que captará del río Ulla. Todo ello en unos terrenos que limitan con la Red Natura de la Serra do Careón y en una zona por la que pasa el Camino de Santiago. El objetivo es llegar a producir 400.000 toneladas anuales de celulosa soluble y otras 200.000 de lyocell, una fibra textil vegetal.
El proyecto de Altri -para el que ha creado la empresa Greenfiber junto al dueño de la gallega Greenalia- supera su trámite ambiental ante la Xunta. No es su aprobación definitiva, dado que todavía debe finalizar la tramitación en el departamento económico y recibir el visto bueno final de la Xunta, pero la revisión ambiental era el núcleo del procedimiento.
La propuesta de Altri recibió un aluvión de 27.000 alegaciones y el rechazo se materializó en dos masivas manifestaciones en el último año: una en mayo de 2024 en Palas de Rei y otra en Santiago de Compostela en diciembre. Y también en una protesta por mar en junio para avisar del impacto de la macrocelulosa también aguas abajo, en la ría de Arousa. Las críticas no se quedaron en el entorno de los vecinos, sectores productivos y ecologistas: el Consello da Cultura Galega, uno de los órganos asesores de la Xunta, presentó un demoledor informe firmado por varios expertos y las asociaciones de defensa del Camino de Santiago. El equipo dirigido por Alfonso Rueda se ha mantenido en una postura de defensa del proyecto y se ha remitido al trabajo de los funcionarios y los técnicos.
El proyecto fue declarado estratégico por la Xunta en diciembre de 2022, una figura que reduce a la mitad los tiempos en los que la administración debe resolver sus trámites. En este caso, el expediente para la declaración de impacto ambiental entré en la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Sostibilidade el 7 de febrero de 2025. Poco más de un mes después tiene respuesta favorable.
La declaración de impacto ambiental repasa cómo fue el procedimiento en los distintos departamentos que tuvieron que emitir informes. La Consellería de Medio Ambiente pidió aportaciones a un total de 32 entes: desde otros órganos de la Xunta, a las Diputaciones de Lugo, A Coruña y Pontevedra, la Demarcación de Carreteras del Estado o los Ayuntamientos de Palas de Rei, Santiso, Agolada y Melide porque, aunque la planta se proyecta en el primero de ellos, parte de las infraestructuras de captación, evacuación o líneas eléctricas afectan a los demás.
El visto bueno ambiental dado por la Xunta recoge condiciones para el proyecto. Después de repasar algunas objeciones y peticiones de información adicional a la empresa, el documento expone las exigencias de la administración autonómica. La Axencia de Turismo reclama que las obras se hagan en el menor tiempo posible para “minimizar su afección sobre los bienes turísticos” y que se evite que coincidan con actividades socioculturales importantes. El emplazamiento elegido para la fábrica de celulosa está al lado de un tramo del Camino Francés y las instalaciones van a ser visibles a lo largo de 15 kilómetros -fundamentalmente la chimenea-, por lo que el Gobierno gallego también demanda actuaciones para rebajar el impacto visual.
Turismo pide que las instalaciones, almacenes y aparcamientos durante la obra se alejen de zonas turísticas o de establecimientos hoteleros y que se evite el paso de la maquinaria en estos puntos. La Xunta establece entre los requisitos que la calidad del aire en la zona no empeore y señala que las mediciones realizadas en septiembre de 2022 mostraron que “la concentración de todos los contaminantes evaluados era baja” y la empresa debe “mantener esta situación”.
Augas de Galicia, que da por buenos los estudios encargados por la empresa sobre las condiciones en las que se devolverá el agua utilizada al medio, concentra sus condiciones en los requisitos y permisos sobre las construcciones y conducciones en los recursos hídricos.
El área en el que se proyecta la macrocelulosa es el hábitat de varias especies en peligro de extinción. La declaración de impacto ambiental. En concreto, tres tipos de plantas endémicas de estos terrenos y que no se pueden encontrar en ningún otro lugar del mundo: la santolina de Melide (Santolina melidensis), la magarza de Barazón (Leucanthemum gallaecicum) y la herba de namorar de Merino (Armeria merinoi). Su presencia ya obligó a modificar la construcción de la autovía A-54 entre Lugo y Santiago. Ahora, la Xunta da a Altri instrucciones para procurar que crezcan dentro de la finca. Exige un mínimo de 476 plantas por hectárea de herba de namorar de Merino; 593 de magarza y 370 de santolina.
Para el mejillón de río (Margaritífera margaritífera), pide que, durante las obras, se tomen muestras del punto de vertido cada mes. Según, la empresa, casi toda la población está aguas arriba con respecto al punto de vertido previsto. La Xunta fija otros requisitos genéricos, como que las instalaciones de la fábrica, salvo tubos de captación y vertido y una línea eléctrica, deben estar a un mínimo de 50 metros del límite de la zona especial de conservación de la Serra do Careón, o que debe comunicarse el posible hallazgo de especies protegidas.
Fuente: www.eldiario.es