01/12/2025
Descubriendo el oficio
Siempre vi el oficio por parte de mi hermano que es tubero: la vida que llevaba, el estilo de vida, el tipo de trabajo, etc. Al final es un trabajo en el que usas la cabeza, que me parece más interesante que estar sentado en una oficina o en otros trabajos más monótonos, que a mí no me llamaban nada.
Por un lado estaba eso, y por otro, la opción de tener una vida “digna”. No te haces rico, pero vives bien, con un sueldo que te permite acceder a cosas que con 1.300 € al mes no puedes: una vivienda, una vida un poco mejor.
Primeros pasos en la obra
Cuando cumplí 18 años, mi hermano me llevó como ayudante a una obra en Aldeadávila de la Ribera, en Salamanca, para sustituir dos líneas de 20 pulgadas. Ahí empecé a tocar un poco el soplete, la radial y a soltarme, a ver lo qué era ese mundo. Ver un tractel, un puli, entender cómo funciona todo: hay que sacar esta tubería, hay que maniobrar, luego meter la otra, tener en cuenta la soportación o las costuras. Ves cómo un soldador prepara una costura o un embridamiento, cosas que a mí me llamaban la atención y que me parecían un oficio de verdad. Un oficio para aprender y decir: “Oye, yo quiero ser esto”. En aquel momento no tenía claro si tubero o soldador, pero para mí era más entretenido ser tubero por el tema de pensar y de tener un trabajo con un toque más propio.
Formación y sacrificio
A partir de ahí decidí estudiar el ciclo medio de Soldadura y Calderería. Lo estudié financiándome la estancia en Coruña con trabajos de hostelería. Fueron dos años “duros”, porque no tenía tiempo para la vida normal de un chaval de 19 años. Tuve que sacrificar muchas cosas: dejar de jugar al fútbol, no bajar todos los sábados con mis amigos… Pero al menos saqué una FP que ya te permite empezar directamente como oficial de primera, y que te da una base teórica muy competente. Sales sabiendo distinguir muchas cosas: nociones de mecánica, operaciones matemáticas del tubero, trigonometría, trazado, montaje, soldadura en atmósfera natural y protegida, mecanizado… Y también FOL (formación y orientación laboral), que el primer año te enseña tus derechos como trabajador y el segundo te habla de tus derechos como empleador, cómo llevar una empresa y demás.
Sales con una base que te permite desarrollarte si quieres. Lo que pasa es que hoy en día la juventud no está tan enfocada en tener un oficio, o no tiene preocupaciones porque en su casa viven cómodos. En mi caso no fue así, así que me tocó espabilar pronto.
Oportunidades y crecimiento
De ahí volví a llamar a Teiga TMI, que siempre fue una empresa que me abrió las puertas y que sí que me gustaría mencionar, porque valora el talento joven y da oportunidades. Para mí fue una empresa que me ayudó mucho. Empecé en la fábrica de Estrella Galicia como montador y me dieron la oportunidad de empezar a montar tubos, aunque fueran desagües o cosas pequeñas. Luego también me llamaron para salir fuera, cedido con MMYPEM, trabajando en Múnich. Ahí también me dieron la oportunidad de hacer cosas interesantes, y veía que cada vez me daban más responsabilidad y yo me iba soltando más en el mundo de la tubería. Me junté con profesionales muy buenos, en Múnich tuve un soldador impresionante que me ayudó en todo y con el que aprendí muchísimo.
Y a raíz de ahí, con contactos y con ASPROMETAL, que siempre te mantiene al tanto, me salió la oportunidad de ir a Noruega. Y ahora estoy allí. Es una oportunidad muy buena en la que no solo ganas dinero, sino que también tienes descanso: más de seis meses al año.
Mirando hacia adelante
El oficio me ha llevado hasta aquí y me sigue dando motivos y oportunidades para seguir aprendiendo y trabajando.
Daniel Curros. Socio Asprometal